Coffee break
Tras invertir $50 millones y operar durante dos meses, restaurante Veguria cierra sus puertas
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El Veguria abrió el 29 de agosto. Su apertura llamó la atención, ya que era una apuesta audaz de los hermanos Marcelo y Juan Pablo Cicali, fundadores y socios de los restaurantes Liguria, que daban luz verde a un local de comida vegetariana que sumaban a su reconocida oferta gastronómica. Lo armaron en el mismo lugar donde había funcionado durante años una de las sucursales del Liguria: en Pedro de Valdivia 047, a pasos de Av. Providencia. La prensa consignó el nuevo restaurante, mostró a su joven chef -María Cabezas, especializada en Francia- y Marcelo Cicali habló entusiasmado con los medios. A inicios de septiembre, en entrevista con DF MAS dijo que “vamos a meternos al agua, vamos a tragar agua, pero vamos a aprender a nadar”. Había optimismo.
En contraposición con esa alta exposición, ahora ha sido el silencio lo que ha rodeado el cierre del Veguria, que bajó la cortina a inicios de noviembre, tras apenas dos meses de funcionamiento. No se han dado razones oficiales ni públicas de ello. Las versiones que circulan al respecto son varias. Unas hablan de un cierre temporal por una larga remodelación que podría durar hasta marzo del 2025. Otras afirman que podría ser un cierre definitivo, por complicaciones a partir de la baja afluencia de público. A ello se sumaría la negociación en curso por el arriendo del inmueble, contrato que vence en febrero próximo. Marcelo Cicali no contestó los mensajes de DF MAS sobre el tema.
El cierre del Veguria tomó por sorpresa a algunos críticos gastronómicos consultados. Otros estaban al tanto, aunque tampoco conocían las razones específicas. “Sólo supe que cerraron y que todo queda detenido”, comenta uno. Otro agrega que se enteró que todo el personal del Veguria -el de cocina y el de atención a público- ya fue distribuido entre los otros tres Liguria (el de Manuel Montt, el de Luis Thayer Ojeda y el de Lastarria).
Según contó Cicali en septiembre a DF MAS, fueron nueve meses de trabajo para afinar la idea -que él trabajó en conjunto con la chef- y que habían invertido cerca de $ 50 millones en la implementación del Veguria, que incluyó comprar nuevos equipos para la cocina, un trabajo de interiorismo a cargo del Bazar de la Fortuna y un diseño de Coni Gaggero. Hoy, el local está con sus cortinas verdes abajo, sin carteles ni anuncios que informen de la situación. Mozos de restaurantes vecinos comentan que han visto cómo, de a poco, se han ido sacando cosas desde el interior del cerrado Veguria.